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LA SOMBRA COMO UNA CAPACIDAD OCULTA


A lo largo de nuestra tierna infancia, nos vemos forzados a elegir y de esta manera vamos formando nuestra personalidad, nuestro ego propio. Por ejemplo, cuando a un niño se le dicen cosas como: “los hombres no lloran”, o “debes ser valiente”, asume como propia esa idea y desdeña toda sensibilidad y debilidad, de manera que establece una base normativa de como regir su vida en función de lo que es o quiere ser.

Es por ello que a partir de esas ideas que la familia, la sociedad y nosotros mismos nos vamos creando una parte que no aceptamos del todo y que a este lado oscuro, desconocido y hasta maléfico llamamos “la sombra”.

A veces, en la sombra se hallan sentimientos positivos de amor, deseo, etc., que no han sido expresados por el miedo, pudor e indecisión. Puede ser incluso un “te quiero” atragantado que no llega a ver la luz. Ocurre en ocasiones, que la propia persona amada es un fiel reflejo de nuestra sombra.

Cuando una persona niega su egoísmo, ira, miedo, critica, etc., la energía otorgada a ese lado oscuro no está disponible para poder analizar, entender las razones y sentimientos profundos de su existencia. Lo que queda en lugar de la aceptación es la tensión. De ahí que muchas personas vivan permanentemente cansadas, entristecidas o estresadas.

En Therapy buscamos que nuestras pacientes logren la aprobación de la sombra, es decir crearles actividades, dinámicas que les permitan generar una situación necesaria para poder integrarlas a su naturaleza humana, esta aceptación pasa por el reconocimiento del juicio perpetrado contra lo reprimido. Entonces las preparamos y fortalecemos emocionalmente para enfrentarse a todo tipo de síntomas, desde los físicos a los emocionales y psíquicos.

La sombra crece y crece a lo largo de nuestra vida y no podemos hacer nada para que no siga su curso, ya que en definitiva la propia afirmación de la personalidad nos exige crear una sombra de aquello que no queremos ser.

En nuestras sesiones ahondamos un poco en la historia de vida de nuestras pacientes, analizamos sus esferas sociales y sin juzgar llevamos a nuestras pacientes a entender, a darse cuenta que en esa historia de vida hay experiencias que forman ideas, pensamientos y emociones que en ocasiones son negativas y queremos negarlas y sin darse cuenta que todo aquello que negamos a su vez lo estamos afirmando. Por ejemplo supongamos que yo le digo a la paciente: “No piense ni en un momento en una manzana roja”, pues bien, para no pensar en ello le habrá tenido que aparecer en su mente ¿No? Negar algo significa aceptarlo, aunque sea solo por un instante y luego se borre.

Pero esconder un problema nunca es solucionarlo y a pesar de que nos dediquemos a enterrar nuestra agresividad, esta existe, en la sombra, pero existe. Viviendo en un mundo dual, donde elegir es preciso, parece imposible no generarlo, por ello es importante “integrar” la sombra en nuestra personalidad.

Podemos reconocer nuestra sombra cuando reaccionamos de manera excedida y desproporcionada ante las actitudes, defectos y acciones de quienes nos rodean.

El trabajo psicológico como parte final es la confrontación que realizamos con nuestras pacientes con el objetivo de aceptar lo que hay en cada una de ellas conectándolas con sus capacidades ocultas, porque finalmente eso es la sombra “una capacidad oculta” esto las hará sentir libres de culpa, miedo y vergüenza, entonces lograrán aceptarse de una manera mucho más completa y esto les permitirá ser aún más felices.

José I. Puebla # 195 2° y 3er Piso Col. Burocratas del Estado. San Luis Potosí, S.L.P.

Tel. Cel. 43 99 06 65.

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