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La desesperación de ver erróneas tu decisiones pasadas.

Hay momentos en mi vida donde me siento simplemente a observar mi pasado detenidamente, y me pregunto ¿Cómo es que he llegado a este momento de mi vida? Sea un momento que genere alegrías y agrado o sea un momento que genere tristezas y disgustos.

Gran parte de lo que soy hoy se compone de las decisiones que tomó mi yo pasado, hay decisiones que son extraordinariamente buenas, pero también hay decisiones que parece que no tenían ni un solo gramo de sabiduría. Y a veces me llega a dar miedo el hecho de ver cómo afectan mis pensamientos y mi imaginación en esa toma de decisiones pasadas, es decir, cuando mis pensamientos son felices y tengo una imaginación guiada al éxito, definitivamente mis decisiones son relativamente iguales, felices y guiadas al éxito, pero cuando mis pensamientos, por algún acontecimiento externo o interno, están en vibración baja y mi imaginación deja de ser imaginación para solo basarse en recuerdos, mis decisión por lo tanto son iguales, decisiones bajas de energía y vibración y basadas en recuerdos. Y cuando llega el resultado de las decisiones que se tomaron en su debido tiempo hay solo de dos: Me pongo feliz a tal grado de pensar que tengo cierto tipo de suerte o bien me agüita porque mis decisiones no tuvieron gran trascendencia porque verdaderamente lo único que ocasionaron es que vibrara bajo.

El punto es que cuando llegan los resultados de esas decisiones “malas” llegan junto con una verdadera desesperación porque quiero modificarlo todo de inmediato. Sin embargo, cuando estamos en desesperación es cuando nos enfocamos en el pasado, y entonces esto se vuelve un círculo vicioso: en el pasado mis pensamientos estaban bajos de energía, lo que ocasiona que deje de lado mi imaginación creativa para basarme en los recuerdos que a su vez ocasiona que tome decisiones bajas de energía que traen como resultado menos energía y menos trascendencia, entonces eso me agüita, me desespera y vuelvo a repetir el mismo patrón.

Es terrible, cuando estoy en ese círculo vicioso, y realmente lo único que me saca de él, es el amor a mi vida, “lo que está detrás de mí, y lo que está delante de mí, no es nada comparado con lo que está dentro de mí”. El amor que tengo en mi vida es muy similar a escuchar lo que hay dentro de mí. La desesperación se crea por estar comparando hechos externos, pasado y futuro, sin encontrar una verdadera respuesta.

Cuando vivimos algo así lo tomamos como un problema, pero olvidamos que un problema es un contratiempo (es decir, regresar en el tiempo) donde el objetivo es re-afirmar quien soy internamente. Un problema requiere de mi responsabilidad (o en su significado etimológico “la habilidad para responder”) esa habilidad consiste en dejar de ver el problema externo y centrarme en MI.

Así que vive con intensión no con expectativa porque le propósito de la vida es una vida con propósito.

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