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UNA MENTE RACIONAL


Somos seres tricerebrados, como nos llama Claudio Naranjo. Eso quiere decir que tenemos un cerebro instintivo, al que llamamos reptil que compartimos con los demás animales, un cerebro emotivo al que llamamos límbico que compartimos con los demás mamíferos y un cerebro racional que llamamos neo córtex que es único en los humanos. Necesitamos de los tres porque forman juntos un solo sistema.

Cuando funcionan armónicamente el cerebro instintivo, nos permite saber de nuestras necesidades biológicas insatisfechas y satisfechas, nos ayuda a que el organismo se mantenga regulado; el cerebro emocional nos da la capacidad de regular nuestra viva interpersonal, el enojo nos dice que el otro está pasándose una rayita y que debemos limitar esa relación, el miedo nos dice en qué contextos nuestra experiencia juzga que hay riesgos; la tristeza nos ayuda a bajar el ritmo y observar el mundo que ha cambiado con alguna pérdida que hay que asimilar; la alegría nos impulsa a disfrutar de las satisfacciones personales y grupales, etc.; y el cerebro racional nos ayuda a crear posibilidades de vida más plenas, a proyectar, a organizar el conocimiento, a estructurar el lenguaje y a planear caminos para alcanzar nuestros proyectos. Cada uno de esos cerebros siendo como son se comunican y se co-construyen.

A menudo, la mente racional se quiere imponer y busca controlar a los instintos y a las emociones logrando que el sistema se altere. Entonces la mente racional deja de servir para lo que sirve y se usa para reprimir, para justificar, para conservar ideas obsoletas, para hacer explicaciones locas sobre conductas locas.

Esa mente racional ocupada en no aprender, en no sentir, en reprimir se vuelve estereotipada y nos pone a actuar como robots, repitiendo frases hechas sin reflexionarlas, repitiendo patrones obsoletos, queriendo ajustar al mundo a la mente en vez de ajustar la mente al mundo como se manifiesta ante nuestra experiencia.

Creemos, como lo explica también el mencionado doctor Claudio Naranjo, que se puede recuperar lo más brillante de la mente racional, dejando en paz a los instintos, a los sentimientos y dejándonos estar en paz con nuestra verdad.

Meditar es una manera de restaurar el sistema como al reiniciar una computadora que está produciendo errores. Dejar que se sienta lo que se siente, que se necesite lo que se necesite y que entre en nuestra conciencia aquello que se manifiesta ante nosotros sin negarlo o reprimirlo nos devuelve la inteligencia que viene de fábrica en nuestro genoma.

EN CENTRO RE CONFIAMOS EN NUESTRA CAPACIDAD HUMANA DE SER INTELIGENTES CUANDO TENEMOS UN CEREBRO RELAJADO Y DISPUESTO. ¡RELAJATE Y PENSARÁS BIEN!

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